Los moluscos son un grupo muy diverso, considerados los celomados más desarrollados del reino animal, después de los artrópodos. Se encuentran en todo el mundo especialmente en los mares, desde las costas hasta 10 000 metros de profundidad, en aguas dulces y salobres, y también en la tierra.
El número estimado de especies del phylum varía según los autores. Se da una cifra cercana a 110 mil especies; sin embargo, consultando diferentes fuentes, se aproxima más a 80 mil.
Tienen una gran importancia económica ya que muchas de las especies constituyen un alimento muy apreciado para el hombre. También se plantea su aplicación como indicadores de contaminación, ya sea por la desaparición de especies estenobiónticas, el predominio de las euribiónticas o por su capacidad de acumular contaminantes cuando sus concentraciones no alcanzan dosis que impacten las poblaciones, bien en procesos de bioacumulación a lo largo del ciclo de vida del organismo o por biomagnificación a través de las cadenas tróficas o de los cambios fisiológicos producidos por la contaminación. Son seres vivos extraordinarios como muchos otros, ya que pueden sobrevivir aun estando en ambientes contaminados por el hombre y adaptarse de cierto modo a ello.
La determinación de los contaminantes en los tejidos de los moluscos es un indicador indiscutible de su presencia en el medio, en particular cuando sus concentraciones no son constantes o muy elevadas y su detección en agua o sedimentos se dificulta, la disminución en el potencial reproductor, estado fisiológico o índice de condición de las poblaciones son indicadores de la presencia de contaminantes, pero se ha visto que la acumulación de los contaminantes es selectiva y por lo tanto no todo contaminante puede advertirse a través de los análisis de moluscos.